LOS TRAUMAS PSICOLÓGICOS Y EL PREÁMBULO QUE LOS RODEA

Los traumas psicológicos no se ven pero se manifiestan en el comportamiento del niño

 LOS TRAUMAS PSICOLÓGICOS Y EL PREÁMBULO QUE LOS RODEA 

LOS ENGRAMAS EN LA MENTE REACTIVA. PARTE I

¿Sabías que la autoestima de tus hijos se ve afectada por los engramas de la mente reactiva? Te sorprenderás de lo que hay detrás de ellos y cómo inciden en la valoración que los niños tienen sobre ellos mismos, pudiéndolo llevarlos a la condición de retraídos o hiperactivos...

Hola amigos, hoy quiero compartirles este post, por los maravillosos resultados que obtuve en un trabajo que realicé hace algún tiempo, ya que por el mismo ritmo que ejerce la profesión docente, tenía que lidiar constantemente con la baja autoestima y los llamados “traumas psicológicos” en niños de diferentes edades.

Esa situación me obligó hacer un alto para comenzar a investigar profundamente sobre ellos en diferentes disciplinas científicas, para lograr entender y abordar esa problemática tan común en las instituciones educativas, muy sufrida por muchos niños e incómoda para los padres que no encuentran cómo ayudarlos. El trabajo fue arduo porque me llevó a analizar, comparar y agregar teorías, pero alentador.

El resultado fue un proyecto que buscaba identificar las causas de la baja autoestima, para lograr establecer un estado positivo de aceptación en un grupo de niños a mi cargo dentro del ambiente de una Aula Integrada, quienes presentaban evidentes dificultades para el aprendizaje en las diferentes áreas académicas, pero sobre todo de adaptabilidad dentro y fuera de las aulas de clases.

Entre las características más destacadas en este grupo de niños se encontraban la pasividad, hiperactividad, inadaptabilidad, impulsividad, agresividad y por supuesto, el bajo rendimiento escolar, lo cual conllevó al registro, cotejo de conductas y el respectivo análisis, para llegar a conclusiones que visualizaran una esperanza para estos pequeños, que permanecían atados a condiciones conductuales de las cuales ellos, por sí solos no podrían salir.

Esas conductas indicadoras de que “algo andaba mal” señalaban hacia “algo ocurrido” por lo que me aboqué a revisar algunas teorías nuevas referentes a la conducta humana, para adaptarlas y aplicarlas dentro del espacio donde trabajaba con los pequeños.

En consecuencia y para entrar en materia, iniciaré por hacer una panorámica sobre el preámbulo que da origen a los traumas psicológicos, y me referiré de ahora en adelante, a los llamados “engramas de la mente reactiva”.

Les explico, mientras el ser humano está en formación, recibe todas las impresiones a través de las sustancias químicas-hormonales que segrega la madre y que van directamente al nuevo sistema del embrión o el feto; posteriormente al activarse los órganos sensoriales de esa pequeña estructura, se conectan entre sí y envían mensajes al centro de recepción...“el cerebro”.
Al entrar en funcionamiento y percibir los diferentes estados emotivos de la madre, éstos se convierten en estímulos para el que se está gestando, generando sensaciones que pueden ser interpretadas como miedo, tristeza, inseguridad, que van configurando lo que se llama la mente reactiva, nutrida por gran variedad de engramas.

Esta “mente” no es consciente y puede reaccionar en cualquier etapa de la vida del individuo, ante situaciones que provocan las mismas sensaciones que quedaron registradas en un momento determinado de impresión o impacto (el trauma).

Veamos cómo funciona la mente reactiva: un ejemplo sería, si analizamos a una mujer que tienen un embarazo no deseado, ya sea por el factor salud, condición económica, descuido, violencia marital o violación, la situación podría generarle rabia, ira, rencor, inseguridad, deseos de autodestrucción o de eliminación del nuevo ser.

Las emociones y sentimientos de esa madre, se convierten en estímulos para el embrión, con todas las impresiones del ambiente que rodean ese momento, me refiero a olores, ruidos, música, comentarios, gritos, bullicio, frio, calor, y demás visualizaciones que enmarcan las sensaciones de la situación experimentada, las cuales quedaran registradas por siempre en forma de engramas en la mente reactiva del ser en formación, que posteriormente constituirán traumas psicológicos que lo acompañaran y se manifestarán a lo largo de toda su existencia.

Los engramas de la mente reactiva, son grabaciones registradas en la memoria celular cuerpo-mente, que desencadenan sentimientos y emociones asociadas en torno a un hecho ocurrido, que ha impactado de alguna forma al individuo, provocando los traumas, y que en el futuro podrá reaccionar con hostilidad, agresividad, miedo, ira, temor ante el recuerdo inconsciente del peligro en el que estuvo.

Ese recuerdo inconsciente lo remiten hacia aquellas mismas sensaciones de la experiencia vivida, que representa para él, una situación de vulnerabilidad que lo conducirá a responder de tal o cual manera, como una forma de autodefensa o de supervivencia.

La mente reactiva no sólo se nutre de los engramas durante la gestación o la infancia, sino que también graba las situaciones transcendentales en la vida del joven y del adulto; hechos como la muerte de seres amados, el divorcio, accidentes u otras situaciones que lo hayan impactado.

En consecuencia, cuando ocurran eventos similares, provocarán en el individuo, reacciones iguales a la primera vez, trayendo el recuerdo inconsciente del ambiente registrado, con todas las impresiones generadas en ese momento, reproduciendo las mismas emociones, sentimientos o conductas con las cuales actuó, evidenciándose de esa forma, los traumas psicológicos.

En base a todo lo anterior y para efectos del trabajo mencionado en el primer párrafo de este post, te puedo decir, que después de una serie de registros, cotejos y análisis, se pudo considerar que esas eran unas de las probables causa por la que se observan niños y adultos retraídos, hiperactivos, violentos, agresivos, impulsivos, melancólicos, con déficit de atención, baja autoestima o miedosos.

Muchos de los cuales entran en pánico ante algún hecho aparentemente aislado, que no guarda ninguna relación con las situaciones normales de su vida cotidiana, pero que están guardadas en su mente reactiva, impregnada de algún recuerdo inconsciente vivido en momento traumático que les generan problemas o dificultades que  impiden su adaptabilidad.

En vista de lo ya expuesto, se llegó a la conclusión que los engramas debían ser tratados y desactivados de la mente reactiva lo más tempranamente posible, y hasta que esos niños a mi cargo, fueran capaces de traerlos a la mente consciente, reconocerlos y romper con ellos definitivamente, se podrían liberar de los traumas que arrastraban, así como de otras reacciones generadas, que los limitaban en el accionar diario, en lo personal, social y académico.

Entonces...sólo entonces, podrían asumir comportamientos positivos que les permitieran lograr una vida sana y placentera. La cuestión estaba, en cómo tratar esos engramas, desactivarlos de la mente reactiva, eliminar los traumas psicológicos y revertir los daños sufridos por los niños, de tal manera que pudieran actuar conscientemente, responsable y natural, pero sobre todo, libre de sus propios prejuicios y reconociendo su propia valía.

Correspondía entonces, ahondar en el diagnóstico para determinar el por qué del comportamiento de estos pequeños y trabajar en función de desactivar ese engramaje, ayudarlos a elevar su autoestima y reconocerse como seres únicos.

Próxima entrega: LOS TRAUMAS PSICOLÓGICOS Y LA AUTOESTIMA: Una Experiencia con Niños Retraídos, Hiperactivos y con Baja Autoestima (PARTE II) Conoce cómo fueron abordados y cómo se trabajó con ellos desde la metodología del amor.  
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